Crimen de Lucas González: 5 años para el policía que plantó el arma
Se trata de Facundo Torres, el oficial que dejó un arma falsa en el auto en el que viajaba el joven de Florencio Varela. Fue encontrado responsable de encubrimiento agravado y falsedad ideológica.

La Justicia condenó a cinco años de cárcel al oficial Facundo Torres, de la Policía de la Ciudad, por plantar un arma en el auto donde fue asesinado el joven futbolista Lucas González en el barrio de Barracas. El fallo lo declara responsable de "encubrimiento agravado por su condición de funcionario público y por ser el delito precedente de especial gravedad" y lo señala como partícipe primario en el delito de falsedad ideológica. La sentencia también incluye una inhabilitación para cargos públicos por diez años.
El Tribunal, integrado por los jueces Juan Ramos Padilla, Guillermo Friele y Sergio Paduczak, subrayó que Torres actuó en "un contexto de violencia institucional". Además, ordenó al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires informar en un plazo de diez días sobre el reconocimiento como víctimas de violencia institucional a los amigos de González, Niven Huanca Garnica, Julián Alejandro Salas y Joaquín Zuñiga Gómez, junto a sus familiares.
En los alegatos, el fiscal expresó que Lucas y sus amigos fueron "blanco por ser jóvenes" y víctimas de discriminación por su color de piel. "La sociedad argentina tiene un componente racista y las fuerzas de seguridad tienden a reflejarlo", afirmó.
Los hechos ocurrieron el 17 de noviembre de 2021, cuando Lucas, de 17 años, salía de un entrenamiento en el Club Barracas Central y se dirigía a casa en un auto con amigos. Fueron interceptados por tres policías de la Brigada 6 de la Comuna 4, quienes abrieron fuego sin identificarse, impactando a Lucas en la cabeza. El joven falleció al día siguiente en el hospital El Cruce de Florencio Varela.
La investigación reveló que los policías plantaron un arma de juguete en el vehículo para justificar la agresión. En julio de 2023, el Tribunal Oral en lo Criminal N°25 condenó a los policías Gabriel Alejandro Isassi, Juan José López y Fabián Andrés Nieva, acusándolos no solo del homicidio de Lucas sino también del intento de asesinato de sus amigos. Además, enfrentaron cargos de privación ilegítima de la libertad y falsedad ideológica.
Otros implicados, Héctor Cuevas y Juan Horacio Romero, recibieron penas de cuatro y seis años, respectivamente, por ayudar a encubrir el crimen. Sin embargo, en una resolución anterior, la jueza Vanesa Peluffo absolvió al jefe de la Policía de la Ciudad, Gabriel Berard, y a otros 13 policías, sosteniendo que "la imputación formulada no afecta al buen nombre y honor" de los sobreseídos, quienes fueron desvinculados de la causa por falta de evidencia concluyente.
La sentencia a Torres marca un capítulo más en el proceso judicial sobre el caso de Lucas González, considerado un ejemplo de violencia institucional y discriminación en Argentina.