Números que duelen: un millón y medio de chicos se saltea comidas por la crisis
Los datos surgen de un estudio de UNICEF y dan cuenta del impacto en la calidad de vida de la crisis económica. La cifra asciende a 4,5 millones de adultos que no cenan por falta de alimentos.

UNICEF Argentina ha puesto en marcha la campaña ‘El hambre no tiene final feliz’ con el propósito de alertar a la población sobre la persistente situación de pobreza que afecta a niños y niñas en el país y de incentivar la contribución de la sociedad para mitigar esta problemática. Según un estudio de la organización, un millón de niñas y niños argentinos se acuestan cada noche sin cenar.
La situación es alarmante: más de siete millones de niñas y niños viven en la pobreza monetaria en Argentina. El aumento sostenido de los precios y la parálisis económica de la última década han erosionado la capacidad de ingreso de millones de familias, afectando especialmente a las que tienen niñas y niños.
Con un emotivo spot protagonizado por una madre y su hijo, la campaña de UNICEF busca retratar la cruda realidad de familias que deben saltarse comidas o, en el peor de los casos, acuestan a sus hijos sin cenar debido a la falta de recursos, agravada por el endeudamiento y la imposibilidad de acceder a alimentos básicos.
“El objetivo de esta campaña es concientizar a la sociedad sobre la situación de vulnerabilidad en la que viven miles de chicos y chicas en nuestro país”, explicó Rafael Ramírez Mesec, nuevo representante de UNICEF en Argentina. En colaboración con la agencia creativa VML, UNICEF invita a la población a sumarse con una donación mensual a través del hashtag #CambiaElFinal. La iniciativa busca apoyar los diversos programas que la organización desarrolla en el país, que van desde el soporte nutricional a personas en situación de vulnerabilidad hasta la implementación de mecanismos clave como el monitoreo del presupuesto nacional destinado a la infancia.
La Octava Encuesta a Hogares con Niñas, Niños y Adolescentes, publicada este año por UNICEF Argentina, señala que un millón de niños y niñas se acuestan sin cenar, y este número aumenta a un millón y medio si se consideran aquellos que se saltan alguna comida a lo largo del día. En el caso de los adultos en estos hogares, la cifra asciende a 4,5 millones, quienes a menudo sacrifican sus propias necesidades para asegurar que sus hijos tengan algo que comer.
El estudio también revela que cerca de 10 millones de niños y niñas en Argentina han reducido su consumo de carne y lácteos en comparación con el año anterior debido a la falta de recursos económicos. Además, los ingresos de casi la mitad de los hogares con niños no son suficientes para cubrir gastos básicos de alimentación, salud y educación.
La pobreza afecta de manera más intensa a las personas que viven en hogares con menor acceso a la educación, a los hogares monoparentales con jefatura femenina y a los que están ubicados en barrios populares.
Para abordar los niveles de pobreza que impactan en los hogares con niñas, niños y adolescentes, “es necesaria una combinación de políticas públicas y la protección de los recursos presupuestarios destinados a la niñez”, sostiene UNICEF. Estas políticas deben “sostener y mejorar los esquemas de protección de ingresos dirigidos a las familias en mayor situación de vulnerabilidad”, según la organización.
En este contexto, Ramírez Mesec destacó que “los incrementos otorgados por el Gobierno a la Asignación Universal por Hijo, al apoyo alimentario del Plan 1.000 Días y a la Prestación Alimentar son pasos en la dirección correcta para proteger los ingresos de las familias vulnerables”.
La campaña se basa en una serie de estudios e informes que UNICEF ha realizado sobre las condiciones de vida de niñas y niños en el país. En cumplimiento de sus acuerdos de trabajo con el Gobierno Nacional y siguiendo el mandato de la Convención de los Derechos del Niño, la organización ha estado publicando continuamente, desde 2016, monitoreos sobre la situación de la niñez y la adolescencia en Argentina.